Argentina está alejada de los principales mercados, y para que la agroindustria exportadora sea competitiva, es fundamental reducir los costos logísticos.
La profundización y modernización de la Hidrovía es un factor clave para disminuir los costos de los fletes marítimos y mejorar nuestra inserción en el comercio global.
Estamos convencidos de que la baja a los derechos de exportación a los cultivos de soja, maíz, trigo, girasol y sorgo, publicada ayer en el Decreto Nro. 38/25 en el Boletín oficial, es una medida sumamente positiva, y más ahora que los productores agropecuarios atraviesan una compleja crisis a causa de los problemas climáticos y los bajos precios internacionales.
Recibimos el anuncio del poder ejecutivo sobre la baja temporal, especialmente de las retenciones a la soja y otros cultivos y la eliminación en las economías regionales, como un alivio a la crítica situación a la que viene siendo expuesta la principal cadena agroindustrial Argentina desde hace décadas. Más aún, en un momento económicamente crítico y de quebranto a nivel de la producción.
En un mundo que enfrenta desafíos sin precedentes, con una población que se incrementa y una demanda creciente de alimentos, la agroindustria argentina se alza como un actor clave para garantizar la seguridad alimentaria global y liderar el camino hacia un futuro sostenible. En nombre de las cuatro cadenas de valor: ACSOJA, ARGENTRIGO, ASAGIR y MAIZAR, tengo el honor de darles la bienvenida a nuestro encuentro de fin de año.
Frente a la aprobación del Parlamento Europeo de la prórroga del inicio de la aplicación del reglamento 1115/23 de no deforestación que nos afecta principalmente en las exportaciones de soja, carne y madera a ese destino, hecho que en nuestra entidad veníamos alentando y gestionando con las autoridades locales, vemos una oportunidad para que, organizadamente, solicitemos cambios en el respectivo reglamento.