SOJA: los saldos de cosecha ayudan a revertir problemas nutricionales

SOLIDAGRO. El programa Soja Plus llegó a Santiago del Estero.

Varias provincias de nuestro país tienen un sistema de alimentación que, no solo carece de proteínas sino que también, registra una baja incorporación de frutas y verduras en su dieta alimenticia.

El dato surge de los estudios realizados por la Red Solidagro en una amplia porción del territorio argentino. También refleja que la composición nutricional de nuestro país, tiene una alta carencia de frutas, verduras y hortalizas.

“Esto nos permitió analizar qué tipo de ingeniería podíamos montar con el programa Soja Plus para encontrar un camino que posibilite revertir esto”, señaló Cecilia Theulé, directora Ejecutiva de la Institución.

Según esta especialista en sustentabilidad, están orientando a los comedores comunitarios para que destinen el dinero que se emplea en la compra de una carne de mala calidad a la adquisición de frutas y verduras. En consecuencia, la ausencia de la proteína animal por la no utilización de esos cortes cárnicos, el programa los reemplaza por soja extrusada que reúne las mismas o mejores cualidades proteicas y de nutrición.

“Soja Plus es el disparador. El grano prensado y sus diversas presentaciones son la primera herramienta de un cambio en la alimentación para regiones de menores recursos, que requieren centrar su dieta en proteínas, bajar la cantidad de grasas y subir notablemente la incorporación de vegetales”, explicó Theulé recomendando reemplazar en los comedores la carne picada o los cortes de pechero grasoso, por el extrusado de soja.

En números, la ecuación indica que el dinero que se destina a estos derivados de la carne vacuna podría ser multiplicado cerca de 10 veces, si los productos que se compran son un grupo de vegetales esenciales para la dieta humana.

Por encima de todo esto, el grupo de especialistas de Solidagro entiende que en nuestro país los pilares deben seguir estando centrados en el trabajo, la comunidad, salud y educación.

“La realidad indica que mientras más pobre es una provincia, más cantidad de grasa consume. Sucede simplemente por la necesidad de darle gusto a lo que se consume, y son el elemento primordial de cada familia a la hora de hacer un puchero o una sopa”, repasa Cecilia Theulé sin sorprenderse de graficar estereotipos de niños con graves carencias nutricionales y gordos.

La idea de un trabajo en red, con toda la cadena, gobiernos, municipios y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, sigue siendo el gran esfuerzo para implementar estos programas nutricionales.

“El gran desafío es lograr que los productores se den cuenta que con los desechos de cada cosecha, se podrían cubrir las necesidades alimentarias de muchos comedores barriales, en cualquier rincón del país y en cada ciudad”.

 

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